Un Ferrari de un millón de dólares (unos 841.864 euros) sufrió el martes un aparatoso choque en la carretera de la Costa Pacífica de Los Ángeles, donde el automóvil deportivo se redujo a un amasijo de hierros, informó la policía del distrito de Malibú (California, suroeste de EEUU).
Según la policía, el Ferrari Enzo 2003, de los cuales sólo hay 339 en el mundo, pertenecía a Stefan Eriksson (44 años), un controvertido ex alto ejecutivo de una fábrica de videojuegos que habría abandonado el puesto por problemas judiciales en su país.
El Ferrari Enzo, el modelo más caro y sofisticado de la famosa marca italiana, que puede alcanzar hasta los 320 km/h, circulaba a casi 200 km/h en la legendaria ruta que bordea el Pacífico por Malibú, cuando el conductor perdió el control del coche, que se estrelló contra un poste y se partió en dos. El Ferrari estaba compitiendo con otro 'súper modelo', un Mercedes SLR, informó a AFP Philip Brooks, de la comisaría de Los Ángeles.
Eriksson, ligeramente herido, se presentó a la policía como el copiloto y afirmó que un alemán de apellido Dietrich conducía el automóvil en el momento del accidente y se dio a la fuga, afirmación que según Brooks será investigada por la policía.
"El 'pasajero' tenía sangre en la boca y las dos bolsas de aire de seguridad se habían activado, pero sólo la del conductor estaba manchada de sagre", dijo el oficial.
Según documentos obtenidos en internet, Eriksson fue el director general de Gizmondo Europe, una filial de la empresa estadounidense Tiger Telematics, que desarrolló videojuegos y una consola de juegos portátiles.
Según la prensa británica, Eriksson habría renunciado en octubre pasado a raíz de unas informaciones publicadas en dos diarios suecos, en las que se afirmaba que había sido declarado culpable, a principios de los años 90, de mantener lazos con la mafia.
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