20130316

Stephen Slevin, el hombre que pasó 22 meses abandonado en una celda solitaria

y que nadie, en todo éste tiempo, se preguntara porqué estaba ese hombre en prisión, dice mucho del sistema..


Stephen Slevin, el hombre que pasó 22 meses abandonado en una celda solitaria


Stephen Slevin es hoy 15 millones y medio de dólares más rico y 22 meses de vida más pobre. El dinero es lo que ha recibido por haber soportado que su salud mental se deteriorara sin que él pudiera hacer nada; por haber visto crecer hongos en su propia piel con igual impotencia; por haber tenido que arrancarse él mismo una muela después de que se le negara el acceso al dentista.

Y el tiempo, esos 22 meses, es lo que pasó tan vejado y olvidado en una celda pequeña y solitaria en una prisión de Nuevo México (Estados Unidos), a manos de unas autoridades que le negaron el derecho a un juicio justo.

El suplicio de Slevin empezó en 2005, cuando fue detenido por conducir bajo la influencia del alcohol y por haber robado un coche que él mantiene que en realidad le había prestado un amigo. Pero nunca pudo explicárselo a un juez: sencillamente se quedó solo en la celda mes tras mes, escribiendo cartas en las que suplicaba ayuda. Las fotos muestran en qué estado entró en la cárcel condado de Dona Ana y en qué estado salió.

Entre tanto, le tocó luchar con una depresión que antecedía al día de su detención. Perdió 22 kilos y le brotaron eccemas. "Su salud mental se ha encontrado en serio peligro. Y eso continúa siendo así hasta hoy", ha explicado su abogado, Matt Coyte.

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"No hay dinero en el mundo que pueda devolverle lo que le han quitado", continúa Coyte. "Pero está bien que reciba algo de dinero para que pueda mejorar y seguir con su vida". Con esto se refiere al dinero resultante de la denuncia interpuesta por Slevin a la cárcel en cuestión.

En un principio pedía la poderosamente simbólica cifra de 22 millones de dólares: uno por cada mes que pasó abandonado en la celda solitaria, por cada kilo que perdió. Pero al final ha aceptado una contraoferta de las autoridades para no llegar hasta los tribunales y se ha llevado 15 millones y medio (once millones y medio de euros).

Nada apunta a que pueda disfrutarlos en exceso. Mientras lucha contra la depresión que tanto agravó su estancia en prisión, se le ha diagnosticado hace poco cáncer de pulmón. Sufre también de estrés postraumático. La cárcel ha añadido, según un portavoz, que mejorará las condiciones a las que somete a los prisioneros con enfermedades mentales.

"Nunca sabré por qué hicieron lo que hicieron", ha acertado a declarar Slevin a una cadena de televisión local. "Pasaban a mi lado, me veían deteriorar día tras día tras día y nunca hicieron nada por ayudarme".

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