Retro Amor: Cobra Mission
¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?
Si el artículo de John Carca sobre juegos para pajilleros,
aun calentito, os había dejado a medias, aquí teneis la dosis de tetas
pixeladas que os faltaba: ¡Cobra Mission! Todo un clásico pecero.
No debía tener más de 13 o 14 años
cuando un amigo me enseñó un juego que le acababa de llegar. Lo tenía
escondido detrás de una estantería para que no lo encontrara su madre.
Era Cobra Mission: Panic in Cobra City, el primer juego marranete del
que teníamos constancia. En aquel entonces (1.993 creo) la única forma
de conseguir pornografía era mediante revistas, videoclubs o verlo
codificado en el canal plus, no salía con poner cualquier cosa en Google
y eso hacía que todos quiseramos jugar a Cobra Mission.
Solo ver esta imagen, ya pensabamos en cuándo se quitaría la ropa
Unos meses después, mi amigo me pasó una
“copia de seguridad” de Cobra Mission (afortunadamente, no estaba
pringosa) y me puse manos a la obra (suena mal, no). Resulta que, además
de mi primera experiencia con juegos guarros, también lo fue con los
JRPG’s, porque eso es lo que era Cobra Mission, un JRPG con elementos
cochinos, y además de los malos. El argumento consiste en, alertados por
nuestra vieja amiga Faythe (la buenorra que nos acompañará durante toda
la aventura y que se quedará a dos velas mientras nos tiramos a todo lo
que se nos pone a tiro), averiguar a qué se deben las misteriosas
desapariciones de chicas de buen ver en Cobra City.
Por lo demás, como el resto de los JRPG
de la época: visitar sitios y hablar con todo el mundo, combates
aleatorios, graficos cutres y animaciones escasas. A pesar que todos
recordamos los gráficos en plan anime, lo que veremos durante casi todo
el tiempo es algo como esto:
¡¡Graficazos!!
Y de vez en cuando, combates aleatorios,
vistos en primera persona. En lugar de usar el sistema por turnos
habitual, en Cobra Mission señalábamos los puntos débiles del
adversario, pudiendo elegir entre los dos personajes y varias armas.
Hay que apuntar a la entrepierna
La variedad de los enemigos era
realmente bizarra. Desde macarras o locazas hasta gimnastas y
sadomasoquistas. Los combates no eran una excepción a la hora de enseñar
carne.
Como Dragon Quest, solo que los Limos los lleva dentro del bañador
Cobra Mission era un juego malo, peor
que lo habitual en los JRPG, solo que aguantabamos y aguantabamos porque
al final de cada capítulo recibíamos nuestra recompensa en forma de
chica facil. Ahí pasabamos al “Modo Sexual”, similar al combate, donde
debíamos actuar sobre las zonas erógenas de la muchacha hasta excitarla
lo suficiente para poder ir al grano.
En diez minutos te voy a poner con las ruedas p’arriba
Y con esto, acabamos. No creo que un
juego tan malo como Cobra Mission, que solo tenía el atractivo de las
cochinadas dé para escribir mucho más. Os dejo con lo que buscabais
desde el principio: CARNAZA
Sí, al final se casan… ¡Qué romantico!
No hay comentarios:
Publicar un comentario