20130610

Cómo intentar que te indemnicen doce veces por perder el mismo dedo... y otros fraudes a las aseguradoras

Cómo intentar que te indemnicen doce veces por perder el mismo dedo... y otros fraudes a las aseguradoras

No una ni dos, sino doce pólizas distintas con diferentes aseguradoras tenía contratadas un hombre con la intención de obtener el máximo número posible de indemnizaciones por la amputación de un dedo sufrida años atrás y por la que ya le habían pagado, aunque fue descubierto a tiempo. Este es sólo uno de los muchos intentos de fraude destapados el año pasado en España gracias al esfuerzo de las aseguradoras, que lograron ahorrarse el pago de algo más de 411 millones de euros, según el informe anual de fraude de Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones (ICEA).

En 2012 se produjeron en total 146.792 tentativas de engañar a las compañías de seguros, casi el 12% más que un año antes, de las cuales se destaparon el 73%, por encima del 70% descubiertas en 2011, según el citado informe. No obstante, la investigación de los fraudes permitió que sólo se abonaran 151,9 millones de euros que, según el estudio, "era la cantidad real a la que los clientes tenían derecho". La mayor parte de estos intentos se produjeron en el ramo de automóviles, con 107.790 casos, mientras que en multirriesgos se intentó en 33.364 ocasiones y en vida, accidentes y salud, en 5.167 ocasiones.

El informe de ICEA también pone de manifiesto que en 2012 se produjo un notable incremento de los intentos de fraude de baja cuantía, de hasta 500 euros, que crecieron el 20%, "lo que es compatible, pero no justificado, con el actual escenario de crisis", señala. Las aseguradoras, en previsión de este aumento de fraude, habían incrementado en torno al 18% la inversión en detección y prevención respecto a los años precedentes, hasta alcanzar los 9,5 millones de euros, lo que significa, según ICEA, que por cada euro invertido en investigación se evitó el pago de 43 euros.

Pillados en las redes sociales

Asimismo, Internet y las redes sociales se consolidaron el año pasado como herramientas muy útiles para las aseguradoras a la hora de detectar engaños, debido a la afición de los usuarios de estas redes por documentar constantemente con fotos y vídeos cualquier acontecimiento de su vida. Así ocurrió, por ejemplo, en el caso de una mujer que decía estar incapacitada para trabajar, y de hecho se movía en silla de ruedas, y que tuvo la ocurrencia de colgar en su página de Facebook un vídeo en el que se la podía ver bailando animada en la celebración de su boda. Otro caso destacado fue el de un deportista con una supuesta lesión invalidante, que al parecer no era impedimento para participar en eventos deportivos, que después no dudaba en mostrar en la red.

Estos y otros casos curiosos han merecido alguno de los premios del concurso anual que organiza ICEA, en las modalidades de automóviles, multirriesgos y personales. El primer premio de autos se lo llevó Pelayo por descubrir una trama organizada que forzaba accidentes entre automóviles y motos, en los que, curiosamente, resultaban heridos los cinco ocupantes del coche, quienes después falsificaban los partes de accidente.

En seguros diversos, el primer premio lo consiguió CESCE por destapar otra trama, especializada en el timo del "nazareno", con el que causaron un perjuicio de un millón de euros. En este caso, un nuevo cliente se ganó la confianza de un proveedor con varias compras de poca cuantía que pagó rápidamente, para después hacer un gran pedido, que por supuesto no abonó, y desaparecer para revender la mercancía. Por último, en seguros personales, la triunfadora fue FIATC, que frustró todo un "negocio" familiar, al descubrir que diez parientes habían reclamado indemnizaciones por lesiones muy similares, con informes hospitalarios falsos.

Según los expertos, "cuando se defrauda a una aseguradora" en realidad a quien se está engañando es al resto de su clientela, puesto que estas compañías prorratean el importe de las indemnizaciones indebidas que pagan entre todas las pólizas que cobran a sus asegurados al año siguiente. Y es que, como dice ICEA, "algunos" cometen fraude, pero "todos lo soportamos".

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