Tres hombres que intentaban robar el lunes carburante de una granja de Nueva Zelanda terminaron prendiendo fuego a su propio coche.
La policía dijo que el trío había echado diesel en un vehículo a gasolina. Cuando su coche no arrancaba, examinaron el conducto del carburante con un mechero.
Un chasquido, un boom y el coche entró en llamas.
"No fue una gran historia policial", dijo a Reuters el sargento Ross Gilbert, de la pequeña ciudad de Waipukurau, en el norte de la isla, a unos 230 kilómetros al noreste de Wellington.
"Afortunadamente para ellos, no hay cargos criminales para la estupidez".
Los hombres, de entre 18 y 19 años, escaparon heridos pero fueron acusados por robo.
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