El 'cumbrismo' sigue dando dolores de cabeza a la diplomacia latinoamericana: los ministros de Asuntos Exteriores y representantes de 19 países del Grupo de Río que posaron para la foto oficial este viernes se quedaron sin los fotógrafos acreditados a la reunión.
Confinados en una carpa en los enormes campos y jardines del aristocrático hotel Llao Llao, en las estribaciones de montañas nevadas, los fotógrafos fueron trasladados en un autobús a los amplios salones del edificio principal para el evento.
Pero la celosa vigilancia preparada para una cumbre de mandatarios que fue cancelada y dio lugar a la reunión de ministros de Asuntos Exteriores, y la falta de coordinación de los organizadores dejó a los ministros parados solamente ante un fotógrafo del hotel y otro de la cancillería
Mientras, agentes de seguridad corrían de un lado a otro y trasladaban a una docena de fotógrafos de diarios y agencias internacionales acreditados, sin lograr que los reporteros gráficos accedieran a tiempo a la escena, en una escalinata del hotel.
Los ministros y reprentantes diplomáticos habían decidido volver al gran salón a debatir sobre la multiplicación de cumbres en la región.
Desconcertados, los fotógrafos vieron pasar a algunos de los 10 ministros y nueve representantes de los 19 países que integran el Grupo de Río.
Luego fueron invitados a subir nuevamente al transporte para volver a la carpa, bautizada por los periodistas como Siberia, desde que en 1995 se celebró una cumbre Iberoamericana en esta misma estación de invierno, a 1.600 km al sur de Buenos Aires.
La protesta de los reporteros gráficos obligó a los encargados del protocolo a prometer una nueva sesión de fotos.
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