Un
país religioso donde no se enseña religión y otras curiosidades de
Bután
Cuando viajo me gusta hacer preguntas raras. Por ejemplo: ¿se enseña religión en las escuelas de este país?
Tanto Nepal, donde estuve la semana pasada, como Bután, donde me
encuentro ahora mismo, son dos países profundamente religiosos. En
Bután, en concreto, la religión mayoritaria es el budismo, que más que
una religión es una forma de vida que lo impregna todo. Hay estupas,
monasterios, banderas y ruedas de oración y estatuas de Buda por todos
lados. Incluso las carreteras se desvían cuando hay cerca una rueda de
oración para seguir el precepto de abordarlas siempre por la izquierda,
según las agujas del reloj. Y sin embargo la respuesta en los dos países
fue la misma. “No, por supuesto que no. ¿enseñar religión en las
escuelas, que raro, no?, me decían.
Un butanés al que explicaba que en España se da clase de religión en los
colegios me miraba extrañado: “La religión es algo que se vive en el
entorno familiar, yo soy el ejemplo y el maestro para mis hijos. Si vivo
conforme a lo que el budismo me ha enseñado, mi hijo aprenderá a ser un
buen budista. No necesito que se lo enseñen en el colegio”, me decía.
Y me fui rumiando a mi habitación sobre esas dos formas tan distintas de
abordar un mismo tema. Aquí la religión, pese a estar en todas partes,
permanece fuera de la escuela. Mientras que en España, supuestamente
estado laico, la curia romana y los Rouco Varela de turno siguen
empeñados en imponer la asignatura de religión en el currículo de la
escuela pública, como si fuera Matemáticas o Geografía. ¿Temerán que el
club se les quede vacío si no imponen la permanencia? ¿No sería más
lógico que las familias cristianas enseñaran a sus hijos mediante los
hechos y el ejemplo en casa y en los templos a vivir acorde a su
religión y que no fuera la Administración Pública (que es de todos ) la
que se encargarse de enseñarles lo que los progenitores no hacen en el
hogar?
Aquí van más curiosidades de Bután:
-La Constitución fija una fecha límite -65 años- para ejercer la
política o cualquier cargo público. A esa edad te tienes que retirar, sí
o sí, y dejar paso a las nuevas generaciones. Lo sorprendente es que
esa norma atañe también al rey. El anterior rey, cuarto de la dinastía,
incluso renunció mucho antes, a los 53 años, porque pensó que su hijo ya
era mayor como para tenerlo de segundón. Así que conviven los dos sin
mayor problema, el rey dimitido, actualmente con 56 años, y su
primogénito, el rey actual, de 33 años. Se parten de risa cuando les
digo que la reina de Inglaterra tiene 87 y su heredero, 64.
- En Bután no existe el tabaco, está prohibido en todo el país. Pero sí hay tres cervezas locales.
- El animal nacional es el takin, un bicho más raro que un perro verde,
con cabeza de carnero y cuerpo de vaca. Vive salvaje en los valles del
Himalaya.
- No hay carretera alguna para llegar al norte; el Himalaya queda a tres
días caminando. De todas formas, está prohibida la escalada y las
expediciones a las cumbres más altas. La razón es que es un pueblo
agrícola y ganadero que vive de los ríos que bajan de esas cumbres y no
quieren que sus aguas se contaminen y los montes se llenen de basura,
como en otras zonas del Himalaya.
- Existen ríos machos y hembras. Los machos son más rápidos y violentos;
los cauces hembras son más suaves y tranquilos. Cuando un río macho y
un hembra confluyen el resultante siempre tiene el color de las aguas
que bajaban por el cauce macho (lo siento chicas, hasta en esto estáis
siempre marginadas).
- En Bután se desayuna arroz con verduras, pollo y chili picante. Se
come arroz con verduras, pollo y chili picante. Y se cena arroz con
verduras, pollo y chili picante.
- Las medicinas son gratuitas. Y si tienes que someterte a una operación
o tratamiento que no se puede hacer en el país, el gobierno te lo
costea fuera.
- No todo es de color de rosa. Un sueldo medio no pasa de los 400
dólares al mes y ha habido problemas con una minoría hindú de origen
nepalés que vive en el sur, los lotshampa. La economía doméstica es de
subsistencia, apegada al campo y los animales.
- Desde la entrada de la televisión en 1999 una cierta fiebre consumista
se expande por el país. Hasta los aprendices de monje de los
monasterios budistas llevan su teléfono móvil entre los pliegues de su
túnica roja.
- Todos los trabajadores públicos y los que colaboran con la
administración están obligados a vestir el traje butanés tradicional
durante las horas de trabajo. También el resto de la población cuando
acude a festivales, reuniones sociales, mítines o tiene que ir a alguna
oficina del Gobierno para realizar algún trámite. El de los hombres se
llama gho y es una especie de bata a cuadros, con calcetines largos y
zapatos de calle o zapatillas de deporte (los escoceses no son los
únicos hombres que llevan falda). El de las mujeres se llama kira y
lleva una falda larga y rectangular.
- La principal fuente de ingresos del país es la venta de energía hidroeléctrica a la India.
- El turismo, la segunda fuente de ingresos, está muy controlado.
Excepto los ciudadanos de la India, ningún extranjero puede viajar por
libre por el país: tiene que hacerlo con un guía local.
- Lo del guía acompañante obligatorio no es un comisario político que
tenga que ir vigilando dónde metes las narices sino una forma de
controlar y moderar el turismo, para que no sea masivo ni intrusivo con
la cultura local. Por la tarde, cuando terminas la ruta propuesta eres
libre de moverte por la ciudad donde duermes sin mayor problema; al
menos yo no he tenido de momento ninguno para hacerlo.
En los siguientes post hablaré de estos requisitos y formalidades para entrar en Bután y de otros datos prácticos.
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