Los hombres que más ayudan en el hogar tienen menos sexo
Me han llamado la atención los resultados de un estudio norteamericano llamado “Igualdad, tareas del hogar y frecuencia sexual en el matrimonio”. Este estudio afirma que los hombres que ayudan más con las tareas del hogar tradicionalmente atribuídas a las mujeres tienen una frecuencia inferior de relaciones sexuales frente a otros hombres cuya función en casa se limita a las reparaciones o arreglos domésticos.
He querido resaltar la palabra “tradicionalmente” para que mi
comentario no sea tachado de machista. Nadie, ni siquiera la persona más
feminista del mundo puede negar que ciertas tareas como planchar, hacer
la compra o cocinar, han sido tradicionalmente atribuídas a las mujeres.
Hoy por suerte las cosas comienzan a ser distintas y existe un mayor
reparto de tareas. Sin ir más lejos en mi casa soy yo el que hace la
compra y cocina.
Siguiendo con el estudio, los investigadores destacan la importancia de los roles de género en la frecuencia sexual del matrimonio. Los datos han sido obtenidos a partir de la Encuesta Nacional sobre Familias.
Los datos de esta encuesta permitieron cruzar las cifras del número de
contactos sexuales al mes y el número de horas de colaboración masculina
en el hogar.
Tomando como media un reparto de tareas de un 35% para el hombre y un 65% para la mujer, el número de relaciones sexuales se establece en 4,1 al mes.
A partir de aquí se da una relación inversa: conforme aumenta el
porcentaje de colaboración del hombre en el hogar, desciende el número
de relaciones sexuales. Por ejemplo, si la división fuera totalmente
equitativa con un 50% de colaboración para cada uno, el número de contactos sexuales al mes descendería hasta aproximadamente 3,7.
El siguiente gráfico muestra esta tendencia:
Explicación
Los resultados sugieren que las personas tenemos una especie de guión sexual preestablecido
de manera inconsciente. Para que se active este guión es importante que
tanto el hombre como la mujer se comporten de manera acorde a sus roles tradicionales
(y vuelvo a remarcar la palabra tradicional). Es decir, una mujer se
sentirá más atraída al ver a su marido arreglar una puerta en lugar de
verlo planchar. Esta atracción derivará en deseo sexual y finalmente en actividad sexual.
Sin embargo los investigadores lanzan una advertencia para aquellos
hombres que ven todo esto como una excusa para ayudar todavía menos en
casa. El objetivo del estudio no era identificar el grado de satisfacción de las mujeres con sus matrimonios. Sin duda esta variable también es muy importante. El hecho de ayudar en casa refuerza la cohesión y la confianza en la pareja.
Desde mi punto de vista pienso que con el paso de los años estos
resultados tendrán cada vez menos validez. Es decir, cada vez habrá
mayor igualdad en la pareja y los nuevos matrimonios habrán olvidado “la
forma clásica” de ver atractivo al otro miembro de la pareja. Si algún
día tengo hijos nacerán en un hogar donde el padre hace la compra y cocina. La madre lava la ropa y plancha.
Juntos limpian toda la casa y además los dos trabajan fuera. Si mis
hijos nacen en este hogar, las diferencias clásicas y tradicionales
dejarán de tener sentido para ellos. Serán simples curiosidades
desfasadas que les llamarán la atención en las películas. De igual forma
que ahora nos llama la atención ver una película antigua donde se fuma
en los aviones.
Quien no tenga problemas con el inglés puede consultar las 50 páginas del estudio original.
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