cosas del Karma..
Hallan al jefe de la Gestapo enterrado en un cementerio judío
- Sus restos llevan 68 años enterrados en un cementerio judío
- Era el oficial nazi de mayor jerarquía cuyo final se desconocía
Heinrich Müller fue visto por última vez en el búnker de la Cancillería de Berlín, el 26 de abril de 1945, dirigiendo el cruel interrogatorio y posterior ejecución del general de División SS Hermann Fegelein, cuñado de Eva Braun.
La guerra estaba perdida, Hitler deliraba y las bombas rusas caían sobre el distrito gubernamental de Berlín. Con todo el dinero que tenía en una bolsa y con ropa de civil, Fegelein fue capturado cuando se dirigía al apartamento de su amante, con la que planeaba huir a Suecia, sometido a tortura y fusilado en los subterráneos, bajo el despacho de Hitler.
Después de este último servicio al III Reich, el jefe de la Gestapo despareció. Era el oficial nazi de mayor jerarquía cuyo destino final seguía siendo desconocido. En mayo de 1945 fue declarado muerto, pero se demostró que su cuerpo no estaba en la tumba correspondiente del cementario de NeuKölln.
Hubo rumores sobre que había sido fichado por la NKVD soviética y de que había sido capturado por la CIA en 1947, pero nunca llegaron a confirmarse. Los servicios secretos israelíes lo buscaron incluso en Argentina en los años 70, pero fue en vano.
'Gestapo Müller', como era conocido entre la élite nazi, consiguió burlarlos a todos hasta que el profesor Johannes Tuchel, director del Memorial de la Resistencia Alemania ha conseguido encontrar sus restos. Llevan 68 años enterrados en un cementerio judío, el último lugar donde habrían buscado sus perseguidores.
Tuchel ha efectuado una laboriosa tarea de investigación, revisando los archivos oficiales de todos los distritos de Berlín en busca del nombre Heinrich Müller, hasta dar con un documento del Registro Civil de Mitte en el que costa la defunción y que fue enterrado en el cementerio judío de ese mismo barrio. Fue un entierro provisional, en una ciudad hecha pedazos en la que las ruinas impedían el funcionamiento regular de los cementerios, pero terminó siendo definitiva debido al olvido.
Dieter Graumann, presidente del Consejo Central de los Judios de Berlín, ha declarado a Bild Zeitung que "el hecho de que uno de los sádicos nazis más brutales esté enterrado en un cementerio judío es una monstruosidad y atenta contra la memoria de las víctimas, groseramente pisoteadas ".
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