La CIA pone fin a un largo misterio: el Área 51 existe
La base más secreta del país servía para probar aviones y no para alojar ovnis
La mítica Área 51, en el desierto de Nevada, era el lugar
donde, según los adeptos a las teorías conspirativas, el ejército
estadounidense ocultaba las pruebas de la existencia de los ovnis y la
vida extraterrestre.
En efecto, la base militar más secreta de Estados Unidos albergaba
grandes misterios. Pero no eran extraterrestres, eran aviones espía U-2,
según revelaron documentos de la CIA desclasificados el jueves pasado.
En una nota del programa del famoso avión-espía, la CIA afirma que el
Área 51, de unos 51 km de largo, fue seleccionada en 1955 para servir de
terreno de pruebas de este aparato.
Los aficionados a los ovnis y los que creen en los encuentros con
extraterrestres celebran que la CIA haya hecho finalmente este
reconocimiento, aunque en los documentos no se mencionan accidentes de
ovnis o simulacros de alunizaje.
Durante mucho tiempo, funcionarios federales se mostraron reacios a reconocer siquiera la existencia del Área 51.
Los papeles de la CIA no sólo mencionan al Área 51 por su nombre y
describen algunas de las actividades aeronáuticas que se desarrollaron
allí, sino que ubican con precisión la base de la Fuerza Aérea en un
mapa, a lo largo del lago Groom, que está seco. También hacen referencia
a ejercicios realizados por algunos aviones avanzados, pero ninguno en
forma de platillo volador.
El Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington
hizo una solicitud de información de documentos públicos para obtener la
historia de la CIA sobre uno de los proyectos más secretos del Área 51
durante la Guerra Fría, el programa del avión espía U-2.
Jeffrey Richelson, investigador del Archivo de Seguridad Nacional,
primero revisó la historia en 2002, pero todas las menciones de la base
habían sido eliminadas.
Así que lo volvió a solicitar en 2005, esperando recibir más
información. De esta manera, hace unas semanas le llegó una versión con
las menciones incluidas.
Es poco probable que el informe ponga fin a las teorías conspirativas.
El documento de 407 páginas tiene muchas partes censuradas y ¿quién
puede decir que esos párrafos no sean precisamente los que hablen de
hombrecitos verdes?
Según la nueva versión oficial, desde el U-2 en los años 50, la base fue
un polígono de pruebas de varios aviones ultrasecretos, entre ellos el
avión espía SR-71 Blackbird, el caza furtivo F-117A y el bombardero
furtivo B-2. El área se usó durante la Segunda Guerra Mundial como un
polígono para la artillería aérea y se eligió el sitio para la prueba de
los aviones espía U-2 y la instrucción de sus pilotos.
Las primeras pruebas de esa nave se hicieron en agosto de 1955. Los
aviones U-2, cuyo propósito era el de espiar a la Unión Soviética,
todavía son utilizados por la fuerza aérea estadounidense. El área en el
desierto de Nevada permanece cercada y su espacio aéreo está vedado
para las aeronaves civiles.
Desde el inicio de los vuelos de práctica y de entrenamiento, "la
elevada altura alcanzada por los U-2 produjo rápidamente un efecto
secundario inesperado: el fenomenal aumento de los avistamientos de
objetos voladores no identificados", relatan los autores de la nota de
la CIA.
En aquella época, los aviones comerciales volaban a una altura de entre
3000 y 6000 metros, mientras que los U-2 alcanzaban 20.000 metros,
explican.
"Avistamientos como ésos eran muy frecuentes de parte de pilotos
comerciales que volaban de Este a Oeste", cuando el sol estaba casi a
nivel del horizonte y el avión permanecía "en la sombra".
Si un U-2 volaba en las cercanías a elevada altura, el sol se reflejaba
en sus alas plateadas, haciendo que desde un avión comercial, situado
12.000 metros más abajo, se tuviera la impresión de estar ante un objeto
en llamas, señalan. El fenómeno podía también ser apreciado de manera
similar desde la tierra.
"Nadie sospechaba entonces que fuera posible que alguien pudiera
tripular un avión a 20.000 metros sobre el nivel del mar y por
consiguiente ver a un objeto en el cielo a tanta altura", apunta uno de
los documentos.
El carácter ultrasecreto del programa U-2 impedía a los funcionarios de
la fuerza aérea encargados de investigar los avistamientos de ovnis
decir la verdad y "responder a quienes les escribían la verdadera razón"
de estos fenómenos.
Sin embargo, la versión de los investigadores de fenómenos
extraterrestres es que en los hangares de la base se guardan vehículos
extraterrestres, pruebas del "incidente de Roswell'' -el supuesto
accidente de un ovni, en Nuevo México, en 1947- y cuerpos de habitantes
de otros planetas.
Pero el informe señala que los aviones U-2 y Oxcart, que vuelan mucho
más alto de lo que los civiles pensaban que era posible, representan la
mitad de los avistamientos de ovnis durante las décadas de 1950 y 1960.
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