Un aviador aficionado repitió el domingo en Brasilia frente a un millar de personas la hazaña de volar en una réplica del 14-Bis, un aparato construido un siglo antes por el inventor brasileño Alberto Santos-Dumont, que así se convirtió en uno de los padres de la aviación moderna.
El vuelo del aviador Alan Calasa, constructor de la réplica del 14-Bis, recorrió unos 350 metros a una altura de tres metros en la Esplanada de los Ministerios, un enorme campo de césped localizado en el centro de la capital brasileña que se convirtió en el centro de los homenajes a Santos-Dumont.
Calasa estaba muy feliz al ser felicitado por epectadores que se reunieron para asistir la demostración similar a la que hizo Santos-Dumont en los campos parisinos de La Bagatelle.
El vuelo en Brasilia fue aplaudido pese a que en el aterrizaje quebró el tren de aterrizaje (unas ruedas de bicicleta) que no resistieron al impacto de la bajada a gran velocidad.
El 14-Bis original tenía un motor de 50HP, Santos-Dumont pesaba 52 kilos y todo el conjunto 210 kilos, y Calasa dijo a la AFP que vuela con un motor de 35HP y que él pesa 105 kilos, lo que no le impidió repetir el vuelo que hizo famoso a su antecesor.
Santos-Dumont fue un pionero de los vuelos en globo y en dirigible y su vuelo más memorable fue alrededor de la Torre Eiffel, el 8 de agosto de 1901, cuando una válvula dejó de funcionar, haciéndole perder altura hasta estrellarse contra el Hotel Trocadero.
Santos-Dumont quedó colgado de los cables y fue salvado por los bomberos, lo que no le impidió exhibirse por la noche en una cena en el célebre restaurante Maxims, donde fue recibido con aplausos como un héroe, según los cronistas de la época.
Los hermanos Wright habían realizado una proeza similar tres años antes en un vuelo catapultado que por desgracia no tuvo testigos.
Santos-Dumont, un millonario que vivió gran parte de su vida en París, no dejó planos del 14-Bis, un aparato del tipo 'canard' (pato) muy parecido a un cometa chino, con el motor y las alas en la parte trasera y con casi todo el fuselaje en la parte delantera, lo que dificultaba las maniobras.
Numerosas publicaciones y varias biografías recién publicadas refuerzan entre los brasileños el orgullo por su audaz compatriota. šLa genialidad de Santos-Dumont era su espíritu público, pues él quería una aviación leve y accesible, la que finalmente tenemos hoy con los aviones ultraligeros", dijo a la AFP el físico y aviador aficionado Marco Antonio Sperb Leite.
Como prueba de eso, un año más después del primer vuelo, Santos-Dumont presentó un aparato de concepción diferente con la hélice por delante, muy pequeño y transparente, llamado por los franceses Demoiselle (señorita) o Libelule (libélula).
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