Arqueólogos mexicanos investigan la existencia de cementerios subacuáticos en la península del Yucatán (este) a raíz del hallazgo de cámaras mortuorias en algunos cenotes (depósitos de agua manantial), según un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia emitido el lunes.
"Los resultados obtenidos forman parte de un proyecto que iniciamos hace cinco años, tiempo durante el cual hemos tenido conocimiento de hasta 40 sitios, de los cuales cinco podrían ser cementerios acuáticos", aseguró en el boletín la directora de las investigaciones, Carmen Rojas. El proyecto consiste en la conformación de un atlas arqueológico subacuático para el registro, estudio y protección de los cenotes y ríos subterráneos con evidencias arqueológicas y paleontológicas en la península de Yucatán.
Los arqueólogos investigan las causas de estos depósitos de muertos bajo el agua, una práctica que sólo se ha detectado en el norte de la península del Yucatán, ya que la costumbre más extendida entre los mayas era la de enterrar a sus difuntos bajo los suelos de las casas. "Debemos considerar todas las causas posibles por las que los mayas arrojaron a sus muertos a los cenotes: por ejemplo las guerras, enfermedades masivas o desastres naturales como las mismas sequías", explicó Rojas.
De los hallazgos realizados hasta ahora se han deducido algunas hipótesis novedosas, como la de que no todos los restos arrojados a los cenotes pertenecen a personas sacrificadas, como se pensaba hasta ahora, sino que algunos fueron llevados allí como parte de un ritual funerario. En uno de los depósitos estudiados se encontraron más de 100 individuos. Esto "nos hace pensar que este cenote pudo ser utilizado como una especie de cementerio acuático", reveló la responsable del proyecto. En una pequeña cueva en el interior de otro de estos cenotes los arqueólogos comprobaron que un hombre adulto fue depositado junto con algunas vasijas funerarias.
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